Prisoners of the Ghostland es una experiencia cinematográfica diferente y extravagante que probablemente no logrará contentar a nadie.
La pasajera es una película entretenida que ofrece una eficaz mezcla de ciencia ficción, terror y comedia. Un simple viaje acaba convirtiéndose en una pesadilla llena de sorpresas inesperadas.
Border desafía las expectativas y los géneros. Es a la vez emocionante y perturbadora; dejará al espectador pensando en ella mucho después de verla.
Dual es una película original y entretenida que ofrece una mirada curiosa a un futuro distópico. Sin embargo, no llega a aprovechar el potencial de su premisa y se hunde a medio gas en su desarrollo.
Scream VI es una correcta combinación de nostalgia y (mucha) sangre fresca, pero que no aporta nada nuevo al género slasher. Una muestra de que la saga necesita renovarse o morir.
Scream (2022) es divertida, inteligente y emocionante, aunque un poco predecible y repetitiva. Da más de lo mismo, pero lo hace muy bien.
Babylon es una película que celebra el amor por el cine, pero también lo cuestiona y lo critica. Una obra maestra que no deja indiferente a nadie.
Estamos a punto de terminar 2022 y empezar 2023, así que es un momento tan bueno como cualquier otro para hacer una selección completamente arbitraria y sin sentido de lo mejor y lo peor que he visto en la pasada década.
La Guerra del Mañana es una superproducción con viajes en el tiempo en la que la humanidad intenta evitar su inminente extinción mediante tiros, explosiones y vacunas. ¡K-Pow! ¡Crash! ¡Bam!
Jiu Jitsu es una mezcla inverosímil entre Depredador y El Guerrero Americano. No vale ni para echar unas risas. O sí, pero de esas risas tontas que presagian un derrame cerebral.