Los Irregulares es, aunque ya podemos decir «era», una serie de Netflix que reinventa el universo de Sherlock Holmes, y quizá esto es lo que no cuajó entre los fans del personaje, principal nicho de venta de este producto.
Con Rock the Kasbah, Barry Levinson, Bill Murray y Bruce Willis se marcan un meh enorme, de los que hacen época.
Crematorio es una serie que nos hablaba de la corrupción urbanística de una forma tal que casi parece un documental de la costa levantina.
In Darkness es una peli llena de giros argumentales, muy bien hecha y muy guay si te gustan estas cosas tramposillas, aunque haya que pasar de puntillas por alguna de las revelaciones finales.
Gor II: Fuera de la Ley de Gor lo tiene todo: baja calidad, presupuesto ajustado, nulo guión, bárbaras macizas, guerreros esculturales, espadas de plástico y armaduras del todo a 100.
Gor es una explotación cutre de Conan que fusila vilmente elementos de John Carter y ofrece un resultado incoherente y lleno de situaciones absurdas. Con bellas muchachas en bikini de pieles y cuero, eso sí.
Invincible es una versión yanqui de Dragon Ball Z pasado por el thermomix con Spider-Man. Es el peor resumen que vas a leer de la serie, aunque no esté muy desencaminado.
Capa Caída podría haber ofrecido una interesante reinterpretación de la historia reciente debido a la existencia de un metahumano en la España de principios del siglo XX. Apenas se queda en el intento.
Dororo es una actualización en formato de serie de animación de una de las muchas historias creadas por Osamu Tezuka, el Dios del manga.
Dracula 3D, de Dario Argento, parece una comedia involuntaria en la que el mayor terror consiste en escuchar los alaridos desgarrados de Bram Stoker desde la tumba.