Los Increíbles 2 (2018), sencillamente increíble, valga la rebundancia
«Los Increíbles 2» es de esas pocas películas que destroza el tópico de que nunca segundas partes fueron buenas.
«Los Increíbles 2» es de esas pocas películas que destroza el tópico de que nunca segundas partes fueron buenas.
«Aguas sangrientas» = Lou Diamond Phillips + Kristy Swanson + Coolio contra un tiburón es, contra todo pronóstico, un correcto peliculón noventero.
«Megatiburón contra pulpo gigante» es, evidentemente, un megabodrio.
«La playa del terror» es una recreación casi documental del ataque de uno o más tiburones a las playas de Nueva Inglaterra en 1916.
«El ataque del tiburón de tres cabezas» viene a demostrar que el aumento cefálico del tiburón es inversamente proporcional al número de neuronas invertidas en la creación y desarrollo de la película.
En «El devorador del océano» una extraña y sanguinaria criatura se dedica a provocar el pánico alegremente entre las buenas gentes del Caribe.
«A 47 metros» es una inmersiva película con tiburones que transcurre casi en su totalidad en el fondo marino.
«Sin Rodeos» es muy 2018: un quiero y no puedo, una comedia con aires críticos que se suaviza y decide no ofender a los pieles finas que pululan por el mundo.
«Estasis» nos ofrece un combo de géneros horriblemente fallido, con un guión mal estructurado, pobre y carente de sentido.
«Why don’t you play in hell?» es una evidencia más (cómo si hiciera falta) de que Sion Sono está como una puta regadera. Y nos encanta.