Ready Player One (2018), cine de consumo rápido
«Ready Player One» nos ofrece una historia muy simple con unas explicaciones mínimas, envuelta en abundante nostalgia artificial, como mandan las modas actuales.
«Ready Player One» nos ofrece una historia muy simple con unas explicaciones mínimas, envuelta en abundante nostalgia artificial, como mandan las modas actuales.
«Las manos de Orlac» es la historia de un cirujano obesivo y reprimido con cierto fetichismo hacia los muñecos de cera.
«The Yakuza Hunters 2» (o 1, no lo tengo nada claro) es pura exploitation oriental con sangre, violencia, poco sexo y aires de western.
«Rey Gitano» parece una idea descartada para un álbum de Mortadelo y Filemón, desarrollada con abundancia de mala leche y sustancias sicrotrópicas.
«Pánico en el Transiberiano» es una pequeña joya clásica, con Christopher Lee y Peter Cushing atrapados en un tren de juguete con ¿una criatura del espacio exterior?
«Peter Rabbit» nos cuenta la historia de unos conejos traviesos un poco rojos… no, no es nada erótico.
El internado St. Trinian de «Supercañeras» ofrece una doctrina anárquica de libre expresión a un variopinto grupo de jovencitas incontrolables.
«SARS Wars: Bangkok Zombie Crisis» es una comedia de muertos vivientes, con muchas vísceras y, a pesar del esfuerzo, pocas risas.
Los protagonistas de «Un pliegue en el tiempo» vagan por un colorido e incomprensible universo de purpurina que no transmite nada de la emoción que pretende.
«War of the Worlds: Goliath» empieza como una interesante fantasía steampunk y termina como una copia de «Independence Day».