En Lady Bloodfight un grupo de chicas son reclutadas por todo el mundo para formar parte de un torneo clandestino de artes marciales llamado Kumite… es decir, Contacto Sangriento de Van Damme pero con chicas.
Estrógeno sangriento
Lady Bloodfight es, básicamente, una versión en femenino de la mítica película de Van Damme, Contacto Sangriento (1988). Un par de historias sencillas se entrecruzan con el plato principal: las peleas entre las chicas. Por un lado, tenemos a la protagonista, una occidental que va en busca de su padre, desaparecido años atrás. Por otro lado, tenemos la rivalidad entre dos maestras de artes marciales; rivalidad cuyo origen se mantiene en el misterio hasta prácticamente el final, y que debería haber quedado ahí, porque es lo más moñas e insulso de la película.
Total, tenemos casi 100 minutos de combates diversos, con diferentes estilos, con unas coreografías medianamente aceptables aunque breves, y bien filmados, fáciles de seguir y de ver qué pasa en la pelea en todo momento. Con varios toques de ensañamiento, brutalidad y sadismo, ya que se trata de luchas sin más reglas que ganar o perder.
En fin, como ya he mencionado, la peli se lleva bien hasta los últimos 20 minutos, primero con una «recuperación milagrosa porquesí» de la protagonista después de una paliza casi mortal, y después con una explicación y resolución sumamente ñoña de las tramas «misteriosas» de la cinta, que además resultan convenientemente relacionadas entre sí.