Sinopsis de «El último cazador de brujas»
El mundo moderno oculta muchos secretos, pero el más asombroso de todos es el de las brujas que siguen viviendo entre nosotros; crueles criaturas sobrenaturales con la intención de liberar la Muerte Negra sobre el mundo. El cazador de brujas Kaulder, maldito con la inmortalidad después de enfrentarse hace siglos con la Reina Bruja, es el único que se interpone ante la extinción de la raza humana.
Con la Iglesia hemos topado
El último cazador de brujas no es más que un vehículo para el lucimiento de Vin Diesel, hasta tal punto que eclipsa completamente a todo lo demás. El argumento no es nuevo, pero está bien presentado, con un prólogo bastante molón pero al que luego le cuesta horrores arrancar hacia algún lado.
El guión en sí es bastante lineal, con buen ritmo, sin tiempo de aburrimiento, con unos momentos de acción que nos muestran unas coreografías de combate muy flojas y con un par de revelaciones sorpresa que resultan poco sorprendentes. A lo largo del metraje encontramos cosillas de Blade (1998), de Constantine (2005), de (el hermano tonto de) Van Helsing (2004), pero sobre todo el tono general me ha recordado a un episodio de relleno descartado de Buffy Cazavampiros (para bien y para mal, que conste).
Como ya he dicho, Vin Diesel es omnipresente en todo momento. Y así tenemos a Michael Caine con el piloto automático, en un papel que puede justificarse como un breve cameo; sin embargo Elijah Wood, que debería ser un secundario importante, y además tiene un momento relevante hacia el final, se convierte en un pegote sin peso, que es sustituido como sidekick por Rose Leslie a la primera oportunidad. Hay algún otro personaje/actor que podría haber dado más juego (como por ejemplo, el presunto antagonista principal, el hechicero Belial) que acaban siendo un visto y no visto.
Si queréis leer un comentario un poco menos amable, Roy Batty le dedicó unas palabras con más criterio hace unos meses 😉