Sinopsis de El Bosque de los Suicidios
Sara es una chica estadounidense que busca a su hermana gemela desaparecida en el bosque Aokigahara. A pesar de las advertencias de todo el mundo para que no entre en el bosque, la joven acaba yendo para descubrir la verdad sobre lo sucedido.
Basada en mitología real
El Bosque de los Suicidios es un thriller sobrenatural que transcurre en el mítico bosque de Aokigahara, situado a los pies del Monte Fuji en Japón y que tiene detrás una densa historia de apariciones, maldiciones, sucesos paranormales y, evidentemente, el pequeño detalle de ser el segundo lugar del mundo en el que más gente se ha suicidado, por detrás del Golden Gate de San Francisco.
Dirige Jason Zada, en lo que es su primer largometraje, aunque ya contaba con varios premios en el campo multimedia y en cortometrajes; no ha hecho nada relevante desde entonces. Protagoniza la televisiva Natalie Dormer (Los Tudor, Juego de Tronos, Elementary, o Los Juegos del Hambre: Sinsajo).
Con un aire de peli occidental muy inspirada en la narrativa de terror oriental, la cinta navega entre el drama y el terror sin terminar de decidir qué camino va a seguir, quedándose a medio gas en ambos. Con más suspense que sustos, lo más destacable es la recreación del bosque y la puesta en escena en general, tenebrosa, desasosegante y deprimente. La trama en sí va de más a menos, intentando confundir al espectador moviéndose entre realidad y delirio de forma bastante chapucera, lo que acaba causando más confusión que interés por lo que está pasando.
Afortunadamente, sus 90 minutos no se hacen muy largos y el final, aunque previsible dentro de los cánones más tópicos del género, resulta lo bastante inquietante como para que uno pueda quedar satisfecho sin más. Había mucho potencial en torno a uno de los lugares más extraños y malrolleros del mundo y es una pena que no se le haya sacado provecho y se quede apenas como un elemento secundario.