Infierno bajo el agua (2019) – una buena bichoñada
Infierno bajo el agua es una muy buena película de terror. Simple y efectiva, y se agradece que hoy en día una película dure menos de 90 minutos.
Infierno bajo el agua es una muy buena película de terror. Simple y efectiva, y se agradece que hoy en día una película dure menos de 90 minutos.
Jeepers Creepers 3 no merece la pena. Es la más triste de la trilogía y probablemente suponga un punto y final a la saga. Una pena.
Shin Godzilla merece mucho la pena. Cine de bichoños como dios manda. Destrucción de maquetas a la orden del día y japos cagando el kilo.
En «Critters 4» las voraces bolas de pelo viajan al espacio intentando evitar la extinción de su especie.
«Critters 3» es menos de lo mismo, más aburrido y de peor calidad…
«Critters 2» es una secuela de manual: más de lo mismo, no necesariamente mejor, pero lo suficientemente entretenida para resultar memorable.
«Critters» es un clásico imprescindible del terror fantástico de los 80.
Blue-Tropic: bebida no apta para caimanes yankees.
Espectacular bodrio. Hay películas mediocres, hay películas horribles, están algunas de Uwe Boll, y después tenemos esto…
Intento de aprovechar el tirón del «Tiburón» (1975) de Steven Spielberg, que en realidad se trata de un drama erótico con esporádicos ataques de escualos. Mezcla de un alargado anuncio turístico de Cancun (planos infinitos de hoteles de lujo, turistas desinhibidos, playas, diversión) y erotismo de saldo en la línea del cine de destape de la época (pechos al aire, traseros blancos y anémicos, y algún cimbrel esporádico), seguimos las andazas de dos chulos de playa en busca de extranjeras con ganas de carne latina en barra. Lo cierto es que los protagonistas matan a más tiburones que a la inversa, y los matan de verdad, algo que hoy día harían las delicias de cualquier sociedad protectora de animales.