Alguien acosa a un grupo de estudiantes universitarios recreando leyendas urbanas para asesinarlos.
En 1996, Wes Craven y Kevin Williamson revivieron y renovaron el género slasher/»terror» adolescente con Scream, hecho que dio lugar a la producción de diversos films que intentaron hacerse con una porción del pastel del éxito, con mayor o menor fortuna, y con mayor o menor gracia. Leyenda Urbana es una de las cintas aprovechables que surgió de esta nueva ola, con una secuencia de inicio espectacular e inquientante, con una historia efectiva, directa y sin pausas, con un reparto de jóvenes promesas que han seguido diversos caminos desde entonces y con la participación del mítico Robert Englund.
La identidad del asesino resulta relativamente sorprendente, especialmente por el hecho de que la historia no tira por el camino de jugar a la sospecha entre los protagonistas, algo habitual en producciones similares de la época, sino más al suspense de qué está pasando y por qué. Algunos de los asesinatos y las capacidades del asesino superan con mucho el listón de la suspensión de la realidad, destrozando éste en la recta final con la insistente negativa del malo a no quedarse muerto a pesar de todo lo que le cae encima.
En conclusión, poco más de 90 minutos muy entretenidos para aficionados al género. Hay una secuela estrenada en cines, dos que fueron lanzadas directamente al mercado videográfico, y una cuarta que no llegó a realizarse.
Por cierto, la primera temporada de Scream Queens copia descaradamente muchos elementos de Leyenda Urbana.