La sala de torturas chinas (1994), un disparate sumamente disfrutable
«La sala de torturas chinas» parece una película de Jess Franco en versión china, o quizás como una película de Ozores dirigida por un primerizo Takashi Miike, o algo.
«La sala de torturas chinas» parece una película de Jess Franco en versión china, o quizás como una película de Ozores dirigida por un primerizo Takashi Miike, o algo.
«El diario de Ellen Rimbauer» es una de esas precuelas innecesarias que ni siquiera aportan nada a la historia de la que parten.
En «St Trinian’s 2» tenemos un anillo dividido en dos trozos, un misógino aristócrata al frente de una sociedad secreta que busca el sometimiento de las mujeres, y una atrevida teoría sobre la verdadera identidad de Shakespeare.
Esta reseña de «Los Vengadores: La Guerra del Infinito» no va a salir como tú crees.
Con «La espada del inmortal», Takashi Miike suma otra adaptación de un manga a su nutrida filmografía. Sangre, entretenimiento, honor y mucha sangre.
«Ready Player One» nos ofrece una historia muy simple con unas explicaciones mínimas, envuelta en abundante nostalgia artificial, como mandan las modas actuales.
«Las manos de Orlac» es la historia de un cirujano obesivo y reprimido con cierto fetichismo hacia los muñecos de cera.
«The Yakuza Hunters 2» (o 1, no lo tengo nada claro) es pura exploitation oriental con sangre, violencia, poco sexo y aires de western.
«Rey Gitano» parece una idea descartada para un álbum de Mortadelo y Filemón, desarrollada con abundancia de mala leche y sustancias sicrotrópicas.
«Pánico en el Transiberiano» es una pequeña joya clásica, con Christopher Lee y Peter Cushing atrapados en un tren de juguete con ¿una criatura del espacio exterior?