Sonámbulos es una película de terror dirigida por Mick Garris (Critters 2, Psicosis IV: El comienzo) y basada en una historia original de Stephen King. Está protagonizada por Brian Krause (Regreso al lago azul, Un verano a la americana), Mädchen Amick (Peligrosa de noche, No le digas que soy yo), Alice Krige (Verano atormentado, Amores compartidos) y Ron Perlman (El nombre de la rosa, Odio ciego).
Sinopsis de «Sonámbulos»
Mary Brady y su hijo Charles son los últimos de una especie de criaturas vampíricas llamadas "Sonámbulos". Estos seres pueden transformarse en gatos humanoides y se alimentan de la energía vital de las vírgenes.
Creo que he visto un lindo gatito
Sonámbulos mezcla terror, fantasía y cierto toque de humor negro usando un estilo exageradamente kitsch y unos efectos especiales creativos a la vez que excesivos. El diseño de las criaturas (una especie de híbridos felino-humanos) es bastante sorprendente y crea una sensación inquietante, a pesar de haber quedado algo anticuados para los estándares actuales.
La película recurre a varios aspectos comunes del género: la figura del depredador sexual, el vínculo retorcido entre madre e hijo, y el poder de la inocencia contra el mal. A través de la compleja y perturbadora relación entre madre e hijo se exploran temas como la maternidad tóxica y la dependencia emocional.
Aunque la narrativa a veces flaquea, con giros que pueden sentirse abruptos o situaciones un tanto inverosímiles, la historia avanza con un ritmo ágil y mantiene la tensión en todo momento. La participación de gatos como antagonistas inesperados es un detalle curioso que le da un toque único y peculiar a la mitología de la cinta.
Alguna situación que roza el absurdo más extravagante es aprovechada para ofrecer momentos inesperados y secuencias impactantes. Esta oscilación entre el horror grotesco y el humor absurdo sin ánimo de encontrar un equilibrio puede hacer que algunos espectadores desconecten de la historia por encontrarla demasiado extraña. Al mismo tiempo, este descontrol aparentemente intencionado puede ser parte de su atractivo para los fans del terror más desenfadado.
Los 90 minutos de duración, escasos para los estándares de una «película de Stephen King», condensan la historia en apenas dos actos que transmiten un desarrollo acelerado y un final bastante precipitado.