Sinopsis de Ni No Kuni
Yū, un estudiante de instituto, junto a su mejor amigo Haru y su amiga de la infancia Kotona, suelen pasar la mayor parte del tiempo descubriendo el mundo. Un día, a raíz de cierto incidente, atraviesan un portal que les transporta al mundo de Ni no Kuni. Cuando la vida de Kotona está en peligro, los tres se ven obligados a tomar «la decisión definitiva».
Espadas, escudos y bichoños
Ni no Kuni es una película de animación inspirada en la serie de videojuegos desarrollada por Level-5. En su día le dedicamos una pequeña entrada al anuncio del primer juego porque el Estudio Ghibli se ocupaba del diseño de personajes y de la animación. Y, por si no se ha notado, somos muy fans de Ghibli. La cinta cuenta con la dirección de Yoshiyuki Momose, responsable del departamento de animación y efectos visuales en muchas de las grandes producciones de Ghibli, y parte importante del nuevo Estudio Ponoc.
La historia es muy simple y sin grandes sorpresas; muy similar a otros animes del género «personaje(s) del mundo real se ve(n) transportado(s) a un mundo de fantasía donde acaba(n) siendo el(los) héroe(s) que deben salvarlo». El desarrollo se puede hacer muy confuso, se presentan un montón de conceptos relativos a la otra dimensión y a su relación con el mundo real pero no se dedica tiempo a darles una explicación o a dejar que asienten lo suficiente para facilitar que el espectador siga la historia. Los personajes son muy estereotípicos, sin muchos detalles que los definan. Además se mueven y toman decisiones forzados por el avance de la trama, acabando enfrentados por la simple excusa de haberse posicionado en bandos antagónicos sin más.
Un triángulo amoroso entre dimensiones, guerras medievales, aventuras fantásticas, intrigas palaciegas… se tocan varios temas sin profundizar del todo en ninguno y sin ofrecer una integración fluida entre todos ellos. Acaba pareciendo una película hecha con trozos heterogéneos de varias ideas mal unidas.
La animación es efectiva y realmente espectacular en momentos puntuales. Sin embargo, la mayor parte del tiempo es muy sencilla para lo que podría esperarse de un estreno de este nivel. El uso del CGI es bastante tosco y se nota un contraste demasiado agresivo al mezclarlo con animación tradicional. La banda sonora, a cargo de Joe Hisaishi (habitual en casi todo lo que ha hecho Ghibli, así como en muchas de las películas de Takeshi Kitano), cumple como acompañamiento de la narración y poco más, no habiendo ningún tema especialmente memorable o que destaque.