Marcy May (que, en realidad, se llama Martha) se escapa de la comuna/secta donde vive y se refugia con su hermana, a la que hace más de dos años que no ve, pero alguien la está buscando… o quizás no.
Martha Marcy May Marlene no es una película convencional. La historia en sí es bastante simple y un poco tópica, aunque personalmente agradezco que no haya caído en algunos lugares comunes de pelis similares que harían que el resultado tirase más hacia el telefilm de sobremesa.
Martha Marcy May Marlene reproduce el estado de confusión post-traumático, la dificultad para incorporarse a una vida convencional y la manía persecutoria de la protagonista, y lo hace con una narración centrada en ella, en lo que percibe y en lo que recuerda, sin que en ningún momento tengamos indicios palpables de dónde términa la realidad y dónde empieza la paranoia.
Excelente trabajo del director Sean Durkin sobre su propio guión y una más que reseñable actuación de Elizabeth Olsen, después de su debut en el muy recomendable remake de «La casa muda».
Si no te gustan las cosas diferentes, siempre puedes ir en busca del enésimo remake/adaptación/secuela, que ofrece un poquitín más de lo mismo sin arriesgar demasiado.