La película parte de una idea interesante, pero no logra desarrollarla plenamente y se queda a medio gas. Lo que podría ser una dura y osada crítica social se queda en poco más que la intención. La historia parte de un punto, y sabe a dónde quiere llegar. Tanto la presentanción como el desenlace son correctos; es el nudo, el camino entre ambos extremos lo que queda nebuloso y desdibujado, bien sea por falta de medios, bien por no querer complicar demasiado la historia.

Sigo después del salto…

Teniendo en cuenta el lamentable panorama político-social de nuestro país, que es el transfondo y el motor de «Justi&Cía», se echa mucho de menos, o al menos yo esperaba, un poco más de acidez y mala leche en la misión de justicia/venganza que emprenden los protagonistas, pero al final tenemos un drama con unas gotas de comedia bien dosificadas. Esta combinación suele ser bastante arriesgada y difícil, pero el debutante Ignacio Estaregui sale bastante airoso del trance, especialmente gracias a la soberbia interpretación y a la buena química que destilan los dos inmensos protagonistas, Hovik Keuchkerian y Álex Angulo.

Una «road movie» made in Spain, algo apresurada y con moraleja (pelín moralista) final.