Sinopsis de Deep Blue Sea
La doctora Susan McAlester dirige una investigación que puede abrir la puerta de la esperanza a los miles de enfermos de Alzheimer. Estudiando el cerebro de unos tiburones mako, voraces depredadores marinos, cree estar a punto de descubrir las causas de la degeneración del cerebro humano. Pero los inversores que respaldan el estudio científico no están demasiados satisfechos con los resultados obtenidos hasta el momento.
«¿14 metros de tiburón y me das a mí?»
Aunque parece algo difícil de creer, a finales de los 90 el género de terror animal, en concreto el de tiburones, estaba bastante decaído… ¡apenas se estrenaban una o dos películas por año! Lo sé, lo sé…😲 Deep Blue Sea intentó revitalizar el asunto con más acción y pirotecnia. Incluyó elementos, no exactamente novedosos, que sí serían aprovechados en posteriores producciones, pero no sería hasta la mitad de la primera década de los 2miles en que la escualomanía despegaría completamente llegándose a «estrenar» hasta 10 ó 12 pelis al año.
El director Renny Harlin, es un eficaz conductor de productos de acción, famoso por estar involucrado en cintas con desastrosos resultados de taquilla, crítica y público que, con el tiempo acaban generando un nutrido grupo de seguidores acérrimos, como La Isla de las Cabezas Cortadas, Memoria Letal, o, destacando sobre todas (aunque probablemente por otros motivos), Las Aventuras de Ford Fairlane 😄
A pesar de sus defectos y carencias, hay que reconocer que Deep Blue Sea ofrece una más que entretenida historia con tintes de acción, catástrofe, ciencia ficción y unas pocas muertes sangrientas, mezclando elementos de producciones aparentemente tan dispares como Tiburón (¡cómo no!), Alien o Jurassic Park.
El elemento «novedoso» que menciono un poco más arriba hace referencia, por un lado, al desarrollo de una trama científica, algo que ya habíamos podido ver en Furia Asesina (1990), del grande y poco valorado René Cardona Jr., o en El devorador del océano (1984), de Lamberto Bava, por mencionar ejemplos relacionados con escualos, aunque es algo relativamente habitual en films de terror animal. Y más hoy en día en las producciones de The Asylum y similares, con miles de variaciones sobre investigaciones militares, mutaciones genéticas, fusiones y demás.
El otro elemento innovador es descartar por completo la ambientación en entornos vacacionales, playas o excursiones por la naturaleza, y enfocar la trama de supervivencia y enfrentamiento con las bestias en un grupo reducido atrapado en un entorno que también se vuelve hostil poco a poco, algo que también se ve mucho en productos recientes, pero no era tan habitual antes, empeñados todos en hacer copias clónicas de la película de Spielberg.