Aves de presa y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn es lo último de DC, y lo último estrenado antes de la pandemia coronavírica, de ahí que no haya triunfado en taquilla. Literalmente, no pudo.
No digo que lo fuera a hacer tampoco, porque no es una GRAN película, pero sí está llena de momentazos salvajes, divertidos y rompebolas (algunos literales).
El leimotiv de la película es «la unión hace la fuerza», y un «girl power» sonando de fondo. Está bien, soy un fiel defensor de las películas protagonizadas por mujeres con personajes fuertes y decididos. Hacen falta modelos a seguir. Entiéndase, no pretendo que nadie imite a Harley Quinn, no tergiverseis.
En fin, en la película se sitúa poco después de Escuadrón Suicida y nos presenta a las 5 protas, con un poco de background sobre cada una: Harley Quinn, Canario Negro (Dinah Lance), Cazadora y Renée Montoya… y una niña, Cassandra Cain, a la que tienen que defender de Máscara Negra, interpretado por Ewan McGregor de una manera -para mí- un tanto demasiado histriónica.
Lo dicho, todas tienen su motivación en la película, pero acaban uniéndose para defender a la chavala de Máscara Negra.
La película es hipercolorista (seguro que provocó más de una jaqueca al director de fotografía), con mucho (demasiado?) slow motion y varios efectos especiales bien situados y alguno de sonido (un placer escuchar el crujir de huesos con toda claridad).
A ver, Aves de presa no está mal, pero no aporta nada al universo DC. Tampoco molesta, porque está bien rodada, fotografiada, el reparto hace lo que tiene que hacer (menos Ewan McGregor, que si lo hace, la culpa es de la dirección) y tal, además, una película que tenga en su banda sonora el tema Barracuda de Heart hace obligatorio su visionado.
Que sí, que la veáis, que Aves de presa mola para pasar un rato agradable viendo como vuelan polis por los aires y como los malos reciben en las pelotas.