Utah, 1969. Durante el baile de fin de curso, el capitán del equipo de fútbol droga e intenta violar a Mary Banner, matándola accidentalmente. Esconde el cuerpo en una sala de trastos del instituto dentro de un baúl que inexplicablemente nadie encuentra. Muchos años después, en una fiesta de pijamas, tres chicas invocan el conjuro de «Bloody Mary» sin espejos ni tijeras ni nada. Y funciona. Findelacita.