En «Las garras de Lorelei», Amando de Ossorio mezcla diferentes leyendas centroeuropeas sobre tesoros y monstruos milenarios para crear una aceptable película de terror romántico con su toque personal.
En «La noche de las gaviotas» volvemos a encontrarnos con templarios revividos sin ojos, sangre y algún que otro fugaz pecho femenino.
En «El buque maldito» la secta templaria de muertos vivientes se embarca en un crucero de placer.
Con «El ataque de los muertos sin ojos» Amando de Ossorio vuelve a ofrecernos un clásico de Serie B de esos para disfrutar sin pensar.
En «La noche del terror ciego» tenemos a tres mujeres deseables, ambiciosas y audaces como víctimas de monstruos abominables nacidos de una pesadilla.