Todos conocéis mi devoción por Denzel, así que comprenderéis que ver El libro de Eli ha supuesto un pequeño reto personal. No osbtante, aún con esa pequeña traba, me decidí a verla, y la verdad, no me arrepiento.
El quinto elemento (1997), un festín visual sin sabor ni sustancia
«El quinto elemento» es una experiencia superficial y excesiva que se siente como un revoltijo de clichés de ciencia ficción mal digeridos.