Scream VI es una correcta combinación de nostalgia y (mucha) sangre fresca, pero que no aporta nada nuevo al género slasher. Una muestra de que la saga necesita renovarse o morir.
Si eres incapaz de decir «Por el poder de Grayskull» sin acto seguido medio gritar cantando «¡¡Yo tengo el podeeeeeer!!» entonces eres de los que querrán ver esta película, pese a lo mala que sea.