Después de varios meses en tratamiento, Emma vuelve a Lakewood. El cómplice del asesino de la primera temporada es acosado por alguien que sabe la verdad de todo lo que pasó. Y el misterioso pasado de Lakewood sigue afectando de una forma u otra al presente.
Con mucho esfuerzo, no habrá spoilers.
Hace cosa de dos años, cuando salió la noticia de que se iba a hacer una serie basada en Scream y que la iba a producir la MTV, la cosa me echó un poco para atrás; a priori no me parecía la cadena más adecuada para una serie de este estilo que, aparte, no es un género que veía fácil de adaptar al formato episódico. No obstante, el proyecto estaba avalado por Wes Craven e, incluso, Kevin Williamson iba a ser responsable de escribir el piloto, así que había que darle una oportunidad. Y no resultó mal la cosa.
En su momento ya le dediqué un par de reseñas a los pros y los contras que le vi a esa primera temporada, así que no voy a incidir más en el tema. En mayo de este año se estrenó la segunda temporada, con dos episodios más, aprovechando los diversos cabos sueltos que habían quedado abiertos.
Esta temporada tiene un ritmo más pausado. Los nuevos personajes se han ido presentando muy poco a poco. Se incide más en el suspense y la intriga y menos en las muertes. Después de siete capítulos solo tenemos cuatro muertes (la última sin confirmar), y una es de un testigo que pasaba por allí. El asesino se ha dedicado casi exclusivamente a acosar al (presunto) cómplice del asesino de la primera temporada muy en plan «Sé lo que hiciste en la temporada pasada». No es hasta el séptimo capítulo y la tercera/cuarta muerte cuando parece que va a empezar a sembrar cadáveres en serio, pero tampoco queda nada claro; de hecho, no ha sido hasta el final del cuarto episodio (con un homenaje genial a Carrie) cuando se ha hecho público en Lakewood que alguien está (aparentemente) intentado repetir la masacre previa.
Los personajes, prácticamente todos, siguen teniendo cosas que ocultar, planes ocultos e intenciones nada claras, lo que hace que (casi) todos sean sospechosos de una forma o de otra.
Este año me voy a mojar un poco y voy a hacer un disparo aleatorio al aire y señalar como sospechosas a Emma o Brooke. La cosa está difícil porque, al margen de los personajes raritos/sospechosos/mentirosos, no resulta muy evidente el objetivo del asesino: acosa a la (presunta) cómplice del primer asesino, y sus víctimas no tienen mucha relación aparente entre sí, excepto que son cercanas a Brooke. Emma, por su parte, se está comportando de forma demasiado errática hasta para ella; es posible que alguien (quizás el verdadero cómplice oculto de la primera temporada) le haya contado la verdad de lo que pasó y hasta alguno de los secretos de hace veinte años relacionados con Brandon James (que también parece que aún tienen mucha tela que cortar) y se le haya ido la pinza del todo.
¿Qué será será? Veremos. Esta semana se ha emitido el noveno capítulo y solo quedan 3 para el final. Os emplazo a finales de agosto para contaros mi opinión sobre el desenlace de la serie.