Sinopsis
Justino trabajaba en una plaza de toros como puntillero titular, pero ahora, a los sesenta y dos años, se ha prejubilado y le está resultando realmente duro adaptarse a la nueva situación. Por casualidad encuentra un hobby provechoso con el que ocupar su tiempo libre sin olvidar su antigua profesión.
Cine negro, surrealismo y mucha mala leche
Justino, un asesino de la tercera edad, escrita y dirigida por Luis Guridi y Santiago Aguilar (bajo el sobrenombre de La Cuadrilla), forma junto a Matías, juez de línea (1996) y Atilano presidente (1998) la trilogía llamada «Café, copa y puro» o «España por la puerta de atrás», según dónde se pregunte. Ya había visto estas dos últimas hace tiempo, y ahora me ha tocado saldar la deuda que tenía con la primera de ellas.
Comedia negra negrísima, con toques de denuncia social sobre la decadencia a la que muchos se veían abocados durante el siglo pasado una vez que se terminaba su vida laboral y se convertían en estorbos para sus allegados, mientras esperaban el final de sus días. Dentro de unos años, esto va a ser comedia-ficción.
La película tiene una ambientación muy elaborada, a lo que contribuye el estar rodada en blanco y negro, algo que supongo está motivado por cuestiones presupuestarias, pero que está muy bien aprovechado. Y una estupenda labor interpretativa de dos eternos secundarios: Saturnino García y Carlos Lucas.
«Estamos desconcertados. Justino no tiene mensaje. Es una gamberrada. Justino es en sí una equivocación. Hay gente que encuentra mensaje social donde lo que hay es solo mala leche.»
— Luis Guridi y Santiago Aguilar
Por desgracia para el cine español, ambos directores no han vuelto a colaborar más allá de esta trilogía, enfoncando su carrera hacia productos televisivos y documentales.