No estamos ante una ópera magna del terror como tuvimos con Phantasm; aquí Coscarelli lo que nos guarda es una comedia con tintes oscurillos de terror, pero no se queda ni en uno ni otro bando, y quizá es lo que falla… o lo que funciona.

Quizá la forma más cercana a una crítica veraz sería una afirmación como la siguiente.

John muere al final es como un buen capítulo de Buffy Cazavampiros, dirigido por Don Coscarelli y escrito por los Monty Phyton puestos de crack.

Mantiene el ritmo durante toda la película, aunque es cierto que la primera media hora es lo más de lo más, y no decae salvo en algunos puntos, que no son flojos, sino ‘más flojos’.

Durante toda la película estamos pendientes del título de la misma, y si será verdad… queremos que lo sea? No diré qué pasa, porque es una especie de ‘juego de Coscarelli’ para que cada uno exprese lo que quiere que ocurra con John.

Y para hablar un poco de la película sin entrar en spoilers, me remito a la sinopsis, que es perfecta y resume perfectamente la película: droga chunga, que no queda muy claro si es extraterrestre o sobrenatural, unos colgados que se la toman y emprenden una lucha por la supervivencia personal y del planeta. Todo esto contado por David a  un periodista, claro… Qué será de John?

Como cualquier obra de Coscarelli, hay bastante humor negro de fondo, que a veces se queda en humor negro y otras se queda negro a secas. Aquí las risas están en cada minuto, bien sea por el horror o por la comedia. Además, la película está plagada de geniales momentos como el picaporte polla, el hombre carne, el perro al volante o el homenaje de tapadillo a Phantasm.

90 y pocos minutos que se disfrutan muy bien. Si tienes pendientes un par de episodios de alguna serie, déjalos para mañana y mira John muere al final. Merecerá la pena.