DIRECTOR | Timo Vuorensola |
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GUIÓN | Michael Kalesniko, Jarmo Puskala, Johanna Sinisalo |
MÚSICA | Laibach |
FOTOGRAFÍA | Mika Orasmaa |
REPARTO | Julia Dietze, Götz Otto, Udo Kier, Christopher Kirby, Tilo Prückner, Stephanie Paul, Kym Jackson, James Quinn |
A finales de la Segunda Guerra Mundial un grupo de científicos nazis lanzaron un cohete en dirección a la cara oculta de la Luna. Una vez allí, establecieron un campamento secreto que les permitió recomponerse y formar un nuevo ejercito. 2018 es el año que han escogido para regresar a la Tierra, con una misión muy clara: dominar, de una vez por todas, a la Humanidad.
Con esta delirante premisa, ésta era una de las películas más esperadas este año desde Zinemaníacos, donde ya nos hicimos eco de los típicos avances previos de toda producción que se precie: trailer, poster, avances, etc.
Coproducida entre Finlandia, Alemania y Australia, y con un 10% de financiación conseguida a través de donaciones de fans, la película es una sátira sobre la política mundial, especialmente enfocada hacia el ridículo imperialismo yanqui. El film transcurre como una sucesión de gags ácidos y gamberros (no tanto como podía esperarse), que no consiguen componer una historia glogal del todo coherente. En conjunto recuerda más a una distorsionada y surrealista versión de Dr. Strangelove (Stanlery Kubrick), que a Mars Attacks! (Tim Burton), como podría uno esperar después de ver el trailer.
La historia podría haber dado para más, pero aún así la película es perfectamente disfrutable por algunos de esos pequeños fogonazos de ingenio repartidos por el metraje, como la campaña presidencial estadounidense en la que una sosias de Sarah Palin utiliza a los portavoces nazis como asesores después de haber quedado impresionada por su demagógico discurso, o el que los nazis utilicen El gran dictador de Chaplin como un cortometraje de propaganda (y el shock que supone descubrir la película completa), o las discusiones entre los representantes de los diferentes países en la ONU ante la amenaza de invasión (con los oportunismos de unos y los secretos de otros), o el (inevitable) homenaje a la escena más conocida de El hundimiento, entre otras muchas.
PD. Un saludo a Daniel King, el equipo de Iron Sky seguro que te agradece los cafés que se habrán tomado con tu contribución a la peli 😉
Genial!
Hay que entender que la película no está hecha por gente con demasiado bagaje cinematográfico. Bajo esta premisa, yo disfruté «muy mucho» Star Wreck. Tras leer esta entrada, ya tengo ganas de ver Iron Sky. De esta semana no pasa.