Dirigida por Wolfgang Petersen (La historia interminable, Enemigo mío, La noche de los cristales rotos), En la línea de fuego es un thriller psicológico y político que ha resistido admirablemente el paso del tiempo gracias a una equilibrada combinación de tensión, drama y una carga emocional inesperada. Protagonizan Clint Eastwood (El sargento de hierro, El cadillac rosa, Sin perdón), John Malkovich (El cielo protector, Objeto de seducción, Jennifer 8), René Russo (Una mujer en la liga, Arma letal 3, Freejack (Sin identidad)), Dylan McDermott (Magnolias de acero, Confesión criminal, Pánico tras la puerta) y Gary Cole (Vivir y morir en Los Ángeles, Ecos en la oscuridad, Llamadas a medianoche).
Sinopsis de «En la línea de fuego»
Frank Horrigan, un veterano agente del Servicio Secreto, vive atormentado por haber fallado en proteger a John F. Kennedy en el atentado de Dallas en 1963. Treinta años después, recibe una segunda oportunidad cuando un asesino amenaza al presidente en funciones.
Una meditación sobre la redención, el deber y el peso del pasado
En la línea de fuego no es solo un ejercicio de tensión narrativa, sino también un profundo estudio de personaje que explora temas como la culpa, la redención y el peso de la historia. La película se sostiene en las memorables interpretaciones de sus dos protagonistas. El guion plantea una dinámica fascinante entre cazador y presa, con la particularidad de que ambos personajes parecen intercambiar esos roles constantemente.
Clint Eastwood ofrece una de sus actuaciones más matizadas y vulnerables, encarnando con solidez el papel de un hombre endurecido por el deber, pero corroído por la culpa. Su interpretación es, en muchos sentidos, una reflexión metatextual sobre su propia figura en el cine: el héroe solitario y envejecido, pero aún peligroso. Es un hombre cansado y cínico, con un inquebrantable sentido del deber.
John Malkovich es el contrapunto perfecto, encarnando a Mitch Leary, un ex-agente de la CIA convertido en un asesino meticuloso y perturbador que actúa como némesis intelectual de Horrigan. Su interpretación hipnotizante, escalofriante, contenida y cerebral le valió una nominación al Oscar. Leary no es un villano unidimensional, ni una caricatura psicótica, es un psicópata inteligente, calculador y perturbadoramente carismático que actúa como un espejo oscuro del protagonista. Sus conversaciones telefónicas con Horrigan son el corazón de la película, funcionando como un duelo verbal de ingenio y manipulación que eleva la tensión a niveles insospechados.
René Russo, por su parte, aporta una presencia cálida y fuerte como compañera de Eastwood, evitando el cliché de ser una figura femenina decorativa o un simple interés romántico.
Wolfgang Petersen realiza una labor de dirección sobria pero efectiva: recurre a una construcción clásica del suspenso, sin sobrecargar la historia con efectos o giros inverosímiles. El ritmo se mantiene constante con una precisión milimétrica, intercalando secuencias de acción trepidantes con momentos de introspección y diálogo que construyen los personajes y la atmósfera. Las escenas de persecución y el clímax son ejecutados con una claridad y una emoción que mantienen al espectador al borde del asiento.
La banda sonora de Ennio Morricone acompaña con elegancia la progresión narrativa, intensificando la tensión de manera orgánica.
La exploración de la culpa, el deber y la naturaleza de la obsesión convierte a la película en un clásico atemporal del género en la década de los 90 que merece ser revisitado.
Trailer de «En la línea de fuego»
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