El luchador nos sumerge en el crudo y desgarrador mundo de la lucha libre a través de la particular visión de Darren Aronofsky (Pi, fe en el caos, Réquiem por un sueño, La fuente de la vida). Protagonizan Mickey Rourke (El mexicano, Sin City, Domino), Marisa Tomei (King of the Jungle, El gurú del sexo, Antes que el diablo sepa que has muerto) y Evan Rachel Wood (Dulce persuasión, La vida ante sus ojos, Across the Universe).
Sinopsis de «El luchador»
Randy "The Ram" Robinson es un luchador profesional de wrestling que, tras haber sido una estrella en la década de los ochenta, trata de continuar su carrera en el circuito independiente, combatiendo en cuadriláteros de tercera categoría. En el ocaso de su carrera, atrapado en los recuerdos de una juventud dorada y enfrentado a la cruda realidad de una vida en constante desmoronamiento, se esfuerza en encontrar propósito y redención en su vida.
Lucha para vivir y vive para morir
El luchador abre una ventana no idealizada del mundo de la lucha libre. Así, nos muestra de forma realista la violencia, el desgaste físico y emocional, y la camaradería que se forja entre los luchadores. Más allá del entorno deportivo, estamos ante una historia sobre la identidad, la soledad, la redención, la búsqueda de nuevas oportunidades y la lucha por sobrevivir, ofreciendo una reflexión sobre los sacrificios personales y físicos de quienes dedican su vida a un sueño que, en muchos casos, es tan destructivo como apasionante.
La dirección visual de Aronofsky combina los colores y la música para crear una atmósfera opresiva y visceral que refleja el estado emocional de los personajes. El enfoque casi documental, con un rodaje cámara en mano que sigue cada paso del protagonista, logra transmitir una sensación de inmediatez e intimidad que coloca al espectador dentro de su deteriorado mundo.
A destacar especialmente la magistral interpretación de Mickey Rourke, que realiza una transformación física y emocional asombrosa, consiguiendo proyectar una mezcla de orgullo, desesperanza y anhelo de redención. Es un hombre que alguna vez fue famoso y poderoso, pero que ahora enfrenta a las consecuencias de sus decisiones, a sus demonios internos, a la fragilidad de su propio cuerpo y al vacío de una vida sin propósito.
El personaje de Marisa Tomei, una stripper con una historia de vida paralela a la de Randy, se convierte en un reflejo de sus propias elecciones y de la lucha que ambos enfrentan en un mundo que exige una constante juventud y vitalidad. Ambos intentan escapar de la realidad de que su tiempo ha pasado, y esta conexión entre ambos proporciona algunos de los momentos más tiernos y melancólicos de la película.