Sabes que su final está cerca.
El último capítulo de The Walking Dead no podría ser más predecible, ni queriendo. Y no, no sigo los cómics (tengo el #1 pero aún no lo he abierto), así que no me estoy adelantando a los acontecimientos, pero cuando en una película/serie de terror, alguien sonríe ‘sinceramente’, sabes que algo chungo le va a pasar.
Continúo tras el salto… spoileando.
Lo mismo le pasó al negro en el episodio anterior, le pegaron un bocado en el sotano, bajo el agua, y aunque no se vio, sabes que así fue. Al final del episodio, cuando se aleja un poco de la iglesia, y se sonríe, tienes la certeza que lo han mordido. No sólo eso, si no que además, lo raptan, y como los de Terminus andan sueltos, sabes que fueron ellos.
Así se presenta el último episodio, donde sabes en cada momento lo que va a pasar. Pero si hay algo que salva al episodio, es el final, con la venganza de la negra y de Rick… salvajismo genial, que se echa de menos en una serie ‘de zombies’ como esta (y que sí tiene Z Nation).
No van a seguir por esta línea, porque en TWD les gusta hacer las cosas mal y no darle al público lo que quiere, pero mientras sigan teniendo pequeñas perlas como la de este episodio, seguiré viéndola.
Es una serie muy bien producida, con unos efectos especiales fuera de serie (Greg Nicotero hace muy pero que muy bien su trabajo) y con un reparto bien escogido. Espero que dure muchos años más, y espero también que aumente su tasa de gore/minuto.
A Z Nation le sobran ganas, pero le falta presupuesto y algo de guión… Pero bueno, el género zombie nunca ha presumido de guión.