Si Hitchcock levantara la cabeza y viera Caza bajo el sol, es probable que la aplaudiera, porque si coincide conmigo, esta película está muy guay.

Continúo un poquito tras el salto, sin spoilers.

Caza bajo el sol es un thriller bastante chachi. Un juego del gato y el ratón a la antigua, pero con un par de vueltas de tuerca (quizá evidentes). Por un lado tenemos a un millonetis con un súper rifle, un coche de medio millón de dólares (y matrícula alemana), un teléfono vía satélite y un maletero más grande que mi piso. Por el otro tenemos a un chavalín, alguacil del sheriff con su escopeta y poco más.

El juego comienza cuando, por accidente (de verdad), el millonetis le pega un tiro a un ‘vagabundo del desierto’. Ahora se descubrirán las 2 caras de ambos personajes: el millonetis que quiere ocultarlo todo, el alguacil que se deja sobornar… o no? Pasados unos minutos de película, comienza la historia y rápidamente se ponen las cartas sobre la mesa. Se descubre todo y comienza la Caza bajo el sol.

Es fácil adivinar que el millonetis es el malo y el chaval es el bueno, que el primero es el gato, y el segundo el ratón. El gato es grande, rápido y fuerte, pero el ratón se mete por rendijas inaccesibles para el felino…

No digo más. Completamente recomendable y muy disfrutable. Queda demostrado que con muy poco material se pueden hacer muy grandes historias. No es nada novedosa, es cierto, pero es una buena puesta a punto del género.