Sinopsis de «Adivina quién soy»
Ángela es una enfermera que apenas tiene tiempo para cuidar a su hija pequeña Estrella. La niña vive inmersa en un mundo de fantasía, hablando con todo tipo de monstruos y vampiros; sin embargo, ciertos hechos de naturaleza muy extraña hacen que la madre empiece a temer que no todo sea producto de la imaginación de su hija.
Una película para quedarse dormido
Adivina quién soy es una de las entregas de la tele-serie antológica «Películas para no dormir» supervisada por Chicho Ibáñez Serrador en 2007. A pesar de contar con un punto de partida interesante, se desinfla rápidamente y uno pasa los siguientes 50 minutos esperando que pase algo o que al menos se aclare algo de lo que parece que nos quiere contar, y ni una cosa ni la otra. Precisamente, la sugestiva subtrama del prólogo cuando por fin se cruza con la historia principal, lo hace de una forma torpe, sin aportar nada y sin mostrarnos ni explicarnos nada de lo que intuíamos en el arranque de la cinta.
La niña protagonista no se relaciona con sus compañeros de clase y vive encerrada en su mundo de fantasía a través de libros y películas, principalmente de terror. Es justo de las películas de terror de donde saca al grupo de amigos imaginarios que la acompañan en todo momento. La película establece una dicotomía entre el miedo de ficción y los monstruos reales, que nos rodean en todo momento y tienen una apariencia menos inquietante. Se añaden al cóctel unas gotas de fantasía muy típicas del cine de Shyamalan (por ejemplo), y la niña parece tener ciertos poderes paranormales que hacen que sus amigos no sean tan imaginarios como podía parecer.
Jugando con un transfondo melodrámatico relacionado con los abusos y los malos tratos, de repente llegamos a un sucio truco final que evita dar explicaciones o profundizar sobre lo que acabamos de ver. Un «Resines» en toda regla para la colección.