Sinopsis de «28 semanas después»
Seis meses después de que la propagación de un virus haya devastado las Islas Británicas, el ejército de los Estados Unidos declara que, vencida la epidemia, ya se puede acometer la reconstrucción del país. Los evacuados regresan entonces al país y las familias se reúnen de nuevo. Sin embargo, el virus aún no ha sido destruido y es más peligroso que nunca.
Ojo. Hay algún spoiler después del salto.
Una segunda parte casi, casi digna
28 semanas después es la secuela de 28 días después (2003), película que supuso un resurgir del género zombi, y marca el inicio de lo que se ha llamado la variante de infectados, para los más puristas (con unos no-muertos más agresivos, fuertes, resistentes y, sobre todo, rápidos). En esta ocasión, el español Juan Carlos Fresnadillo toma el relevo del inglés Danny Boyle en la dirección.
Como nota original, la cinta comienza con lo que en muchas otras pelis sobre zombis sería el desenlace. Un grupo de supervivientes aguanta como puede en un refugio asediado hasta que se produce una filtración y hay que huir a la desesperada. Estas primeras secuencias y otro momento posterior, cuando vuelve a desencadenarse la epidemia y se desata el caos en medio de un Londres en plena reconstrucción, son sin lugar a dudas, de lo mejor del género.
Por desgracia, el resto de la película cumple lo justo, con una serie de situaciones tópicas, simples, sin demasiadas sorpresas y que desafían la capacidad de credulidad del espectador; por ejemplo, la habilidad de los chavales protagonistas para saltarse los controles militares y campar a sus anchas por donde les sale del nardo, o la falta de un método de contención mínimamente elaborado, aunque sepamos que a la larga vaya a resultar ineficiente… son descuidos de seguridad que uno podría esperarse «28 meses después», con la infección superada y casi olvidada, pero no en los primeros momentos de una reconstrucción, mientras aún hay dudas sobre la inactividad de la epidemia.
Con todo, seguimos a la espera de la próxima 28 lo que sea después, que lleva tiempo anunciada y no acaba de despegar.