Anna es una chica enfermiza, inadaptada y melancólica. Su madre adoptiva decide enviarla con unos parientes a un pueblecito de la costa donde su salud debería mejorar. Allí se siente atraida por una mansión abandonada junto al mar y entabla amistad con una misteriosa chica llamada Marnie.
When Marnie was there es una rareza en muchos sentidos. Básicamente es una película sobre la depresión, sobre la necesidad de aceptar el pasado y vivir hacia el futuro, sobre la búsqueda de la identidad propia y sobre cómo encajamos en el mundo en esa difícil edad que ronda el inicio de la adolescencia. Y aún tratando temas tan complejos, sobre todo y ante todo es una película para niños, lo cual no quiere decir que sea una película simple.
No entraré en más detalles sobre la historia, porque si bien puede resultar algo previsible casi desde el principio, se produce algún giro inesperado entremedias, y la resolución del misterio ni siquiera es lo más importante de la trama.
El director, Hiromasa Yonebayashi, fue responsable de Arrietty y el mundo de los diminutos (2010) y ha trabajado como animador de diversas producciones tanto para Ghibli como para otros estudios. El nivel de animación en When Marnie was there es espectacular y el cuidado por los detalles increíble (por ejemplo, las diferencias en la decoración de las habitaciones, llenas de objetos que definen la personalidad de sus ocupantes).
30 años de animación
La jubilación largamente pospuesta de Miyazaki y Takahata en 2013, y el anuncio en 2014 del cierre del departamento de animación de Ghibli, convierten a When Marnie was there en la última producción del estudio, salvo que se produzca algún cambio en la decisión de sus responsables. Una despedida más que digna.