El Dr. Will Caster, prestigioso investigador en el campo de la Inteligencia Artificial, trabaja en la creación de una máquina sensitiva que combine la inteligencia colectiva con las emociones humanas. Sus controvertidos experimentos le han hecho famoso, pero también lo han convertido en el principal objetivo de extremistas anti-tecnológicos. Su mujer Evelyn y Max, su mejor amigo son sus colaboradores, pero ellos se plantean la cuestión moral de si deben fabricar esa máquina. Cuando Will sufre un atentado, Evelyn y él deciden tomar una decisión radical de imprevisibles consecuencias.
Transcendence es una peli de ciencia-ficción que supuso el debut en la dirección de Wally Pfister, conocido por ser el encargado de la fotografía en varias de las películas de Christopher Nolan. Cuenta con un reparto variado en el que destacaríamos a Paul Bettany (Destino de Caballero, El Código Da Vinci, El Sicario de Dios), Rebecca Hall (El Truco Final (El Prestigio), El Retrato de Dorian Gray, Iron Man 3) y Johnny Depp (El Imaginario del Doctor Parnassus, Alicia en el País de las Maravillas, Sombras Tenebrosas), apartado de sus habituales caracterizaciones estrambóticas para demostrar que puede ser tan inexpresivo como el que más, y no sólo cuando se convierte en un ordenador sin emociones.
La idea principal no es original, pero es interesante, aunque está llevada a cabo de forma algo irregular. La historia intenta abarcar demasiado y no acaba de definirse, en un intento de mezclar filosofía, tecnología, amor, religión, acción, reflexión… El planteamiento central que se nos propone es si merece la pena salvar el mundo a costa de perder la individualidad. Como aparentemente la respuesta es demasiado complicada, el argumento opta por decantarse por la anti-tecnología sin más explicación o razonamiento.
El desarrollo de la trama es muy tranqui, quizás demasiado, y contrasta en exceso con la explosión demencial de pirotecnia de su recta final. Se toma mucho tiempo en desarrollar lo que le pasa al protagonista, cómo «evoluciona» y cómo va realizando cambios a escala global por su propia decisión y riesgo para el bien de todos, para echarlo todo por la borda de forma abrupta y sin mucha explicación.
Es como un capítulo alargado de «Black Mirror» al que, precisamente, le sobran ese tramo final y varios personajes que vagan sin rumbo y cambian de criterio siguiendo las necesidades del guión. Dos secundarios de lujo como Morgan Freeman (Seven, Cadena Perpetua, Million Dollar Baby) y Cillian Murphy (28 Días Después, La Joven de la Perla, Sunshine) están completamente desaprovechados; de Kate Mara (Brokeback Mountain, Transsiberian, 127 Horas) casi mejor no decir nada.
Trailer de Transcendence
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Me aburre tanto Johnny Depp que no me apetece lo más mínimo darle al play a esto.