El Sol sufre de indigestión y con un magnetoeructo arroja a Mercurio fuera de su órbita en rumbo de colisión hacia la Tierra. La única esperanza de la Humanidad es un proyecto anti-asteroides abandonado por temas de presupuesto y enchufismos, aunque el responsable del centro de defensa espacial está convencido de que media docena de pepinazos serán suficientes.