A casa por vacaciones (1995), caos familiar con agridulce sabor a realidad
«A casa por vacaciones» abraza el desorden de las relaciones humanas con ternura y honestidad, sin edulcorar la realidad familiar. Al mismo tiempo celebra el amor imperfecto que nos une con otras personas, y la capacidad de reírse de uno mismo y de los demás cuando la situación se vuelve insostenible.