Sin compromiso (No strings attached), dirigida por Ivan Reitman (Los cazafantasmas, Evolution, Mi super ex-novia), es una comedia romántica que explora la idea de una relación basada únicamente en el placer sin ataduras emocionales. Sin embargo, como era de esperar en este género, la trama evoluciona y desafía su propia premisa inicial. Protagonizan Natalie Portman (Hesher, Cisne negro, Caballeros, princesas y otras bestias), Ashton Kutcher (El efecto mariposa, El amor es lo que tiene, Algo pasa en Las Vegas), Greta Gerwig (Noches y fines de semana, La casa del diablo, Northern Comfort), Cary Elwes (El asesino de Green River, Saw, El asesino del alfabeto) y Kevin Kline (Wild Wild West, La casa de mi vida, Como gustéis).
Sinopsis de «Sin compromiso»
Emma, una residente de medicina, y Adam, un asistente de producción, buenos amigos desde hace mucho tiempo, casi arruinan su relación por pasar una noche juntos. Deciden, entonces, preservar su amistad por encima de todo, aunque tengan relaciones íntimas. Muy pronto descubrirán que es muy difícil mantener una relación estrictamente física sin contraer compromiso alguno y al margen de los sentimientos.
¿Puede funcionar el sexo sin amor?
Sin compromiso explora su premisa inicial de mantener una relación sin ataduras emocionales con bastante ligereza y con un uso del humor muy físico y directo.
Natalie Portman y Ashton Kutcher transmiten una química decente, aunque no consiguen convencer de que tienen una conexión romántica profunda, quedándose más en una complicidad juguetona. Sus interpretaciones son competentes, pero tampoco aportan demasiado a los clichés que son sus personajes: una doctora ocupada y emocionalmente reservada y un aspirante a guionista encantador pero inmaduro.
El principal tropiezo de la película es su intento de equilibrar la comedia con el inevitable giro hacia el romance tradicional. Como ya adelantaba al principio, según avanza la historia y de forma previsible, las líneas entre el sexo casual y los sentimientos genuinos comienzan a difuminarse.
La película evita temas más complejos o subversivos sobre el sexo casual y las emociones modernas, optando por una narrativa edulcorada que termina contradiciendo el planteamiento inicial. En vez de explorar las verdaderas tensiones de este tipo de relación, se refugia en una fantasía romántica clásica.
El desarrollo no aporta nada novedoso y se limita a caer en estereotipos del género mil veces vistos, acomodándose en una típica historia de “chico conoce chica, chico pierde chica, >>spoilers<< chico recupera chica”, contradiciendo el planteamiento inicial. Así, evita explorar las verdaderas tensiones de ese tipo de relación y se refugia en una fantasía romántica clásica, ofreciendo una visión edulcorada y bastante convencional de una premisa que prometía ser más transgresora.
Eso sí, hay que reconocer que la parte de comedia es divertida, sobre todo gracias a un reparto secundario sólido entre el que destaca sin duda Kevin Kline como el excéntrico padre de Adam.
Trailer de «Sin compromiso»
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