Placa de acero es una comedia de acción con una subtrama de thriller un poco pobre. Realmente le falta un poco de todo para merecer la pena.
Continúo tras el salto.
Durante toda la película, Placa de acero, quiere mantener un tono cómico con chistes, escenas simpáticas y lenguaje malsonante, pero se queda en eso, en “querer” hacerlo, sin demasiado éxito, porque una vez ya han hecho su repertorio de chistes, la segunda vez que los hacen dejan de tener gracia.
Como thriller, sí es cierto que la historia es interesante y daría para un buen largometraje, pero los momentos de comedia de vergüenza ajena que salpican la trama hacen que el producto final no sea demasiado atractivo.
Y como acción, más bien es una buddy-movie, con 2 policías obligados a entenderse, queriendo imitar a Arma letal, Dos policías rebeldes y demás, pero tampoco han estado demasiado acertados en este aspecto. No existe química entre los protagonistas y lo que pretenden conseguir con el marcado contraste entre las personalidades de uno y otro se queda en un intento.
De modo que Placa de acero es un quiero pero no puedo con todas las letras. Quiere abarcar mucho y no llega a nada. Si se hubieran centrado más en alguno de sus géneros, no les hubiera costado estar más acertados.
Para echarte unas risas no está mal. Para ver con colegas sin hacerle demasiado caso a la pantalla. No esperes gran cosa.