Melodrama intimista sobre el sentimiento de culpa, la pérdida, el perdón y las segundas oportunidades, con un ligero barniz de ciencia-ficción para captar la atención de algún despistado.

La protagonista intenta buscar expiación por un accidente que destrozó la vida de otra persona. De fondo, una réplica aparentemente exacta de nuestro planeta aparece en el horizonte. Si esperas ver cómo se resuelve el contacto con la otra tierra o algo de desarrollo sobre las teoría de mundos paralelos, busca en otro lado. Aquí no hay nada de eso. Ni siquiera es una película de catástrofes, como podía esperarse.

La verdad es que no queda muy claro si la chica busca redención o quiere acabar de joderle la vida al otro tipo, visto cómo se porta con él y, sobre todo, después de la resolución que toma hacia el final.

Lo interesante, interesante empieza justo en los últimos cinco minutos. Y entonces se acaba la peli y nos quedamos con cara de bobos.

Con todo, resulta curioso el acercamiento a cuestiones filósoficas sobre la propia existencia, las decisiones tomadas o la búsqueda del lugar de cada uno dentro del mundo ante la posibilidad de que exista un doble en otro sitio que ha llevado una vida paralela (o divergente) que ha seguido (o no) el mismo camino. Se deja ver, pero eso sí, no esperes un enfoque dirigido hacia la parte de ciencia-ficción, está mucho más orientado hacia el drama y la relación entre los protagonistas y su entorno inmediato.