Sinopsis
El padre de Yu, después de quedarse viudo, se convierte al cristianismo y acaba ordenándose sacerdote. Siendo sacerdote mantiene una relación clandestina que termina en un desengaño, lo que le lleva a involucrarse más en los asuntos clericales de su parroquia y descuidar a su hijo. Yu, entonces, opta por cometer pecados cada vez mayores con el fin de poder confesárselos a su padre y llamar su atención.
Larga, dura y rara
Hace ya tiempo que había leído varias recomendaciones sobre Love Exposure, pero hasta ahora no me había atrevido a hincarle el diente, por un lado porque no me habían terminado de convencer otras películas que ya había visto de Sion Sono, su director, y, por otro lado, y más importante, porque son casi 4 horas. Y, al final, ha sido lo de menos, porque se han pasado volando y sin decaer en ningún momento.
Love Exposure es un espectáculo excesivo que combina de forma magistral varios géneros y temas aparentemente heterogéneos, aunque para resumirlo muy mucho (pero mucho) podría decirse que es una épica historia de amor adolescente.
Solo con la sinopsis de ahí arriba ya se podría hace una película. Pero hay más. El padre de Yu termina casándose (o intentándolo) con una mujer que tiene una hija, Yoko, de otra relación. El tema de las familias «postizas» se ha tratado en innumerables ocasiones y aquí, aunque es importante, no es más que meramente accesorio.
¿Conoces Corintios 13?
Y aún hay más. Yoko es una chica que tiene su propio pasado tormentoso por asuntos familiares, lo que le ha llevado, entre otras cosas, a odiar a los hombres. Por un retorcido azar del destino, Yoko y Yu se conocen por primera vez antes de saber que van a ser familia. Con la peculiaridad de que: uno, Yu va disfrazado de chica (por motivos azarosos); dos, Yoko está siendo atacada por una banda callejera. Yu ayuda a Yoko en la pelea… y se enamoran, pero Yu no se atreve a revelar su verdadera identidad.
La confusión sexual, el travestismo accidental y las relaciones a tres bandas entre dos personas también son temas que han dado para muchas historias, pero aquí no son nada más que piezas dentro de un puzzle mucho mayor.
Y eso, solo para empezar
Todo lo que he contado es apenas un poco más de la primera hora y media de Love Exposure, contado en forma de capítulos que van presentando a los personajes con saltos adelante y atrás mientras sus caminos se van cruzando.
Y hay mucho más: amor, religión, romance, sexo, comedia, drama, braguitas, sectas, romanticismo, pervertidos, obsesiones, pandilleras, peleas, erotismo, amistad, amputaciones, abusos, lesbianismo, demencia, manipulación, fetichismo, redención. Y seguro que me olvido de algo.
Señalar por último el excelente uso de la música, con una banda sonora que tiene piezas clásicos y de pop, con temas que se repiten continuamente de fondo en algunas secuencias, intercalándose con otras secuencias que tienen un score más tradicional.
Y si no te gusta, échale azúcar
Nunca había tenido una erección hasta que conocí a una persona maravillosa. Cuando le vi las braguitas, me di cuenta de lo hermosas que eran. Ese fue el momento en que me convertí en un pervertido de verdad.
Se podrá decir que es muy larga, que se hace confusa, que no tiene un mensaje definido, que los japoneses son muy raros… A mí me ha hecho recuperar el interés por seguir con la filmografía de Sion Sono (e incluso de revisar las que ya he visto) y, para todo lo demás, os remito a la imagen destacada de la entrada.