Los Supercamorristas; kung-fu para llevar

TÍTULO ORIGINAL Los Supercamorristas
AÑO 1984
NACIONALIDAD España/Hong-Kong
DIRECTOR Samo Hung
GUIÓN Edward Tang, Gwing-Gang Lee
MÚSICA Chris Babida
FOTOGRAFÍA Francisco Riba
REPARTO Jackie Chan, Biao Yuen, Samo HungPepe Sancho, Benny Urquídez
SINOPSIS Tomas (Jackie Chan) y David (Yuen Biao) son dos avispados vendedores de comida rápida china, que ofrecen desde su furgoneta en las calles de Barcelona. Un encuentro con una atractiva ladronzuela les llevará a meterse en el camino de una banda de gangsters del que sólo podrán salir a golpes

Pocas cosas hay mejores que disfrutar una película de la época gloriosa de Jackie Chan y sus compañeros de promoción. ¡Que esa película haya sido grabada en España! Y no nos estamos refiriendo a, como en la temporada quinta de ‘Juego de Tronos’ , la España calurosa que sirve para ubicar cualquier lugar cálido en la ficción; tampoco planicies desérticas como las usadas en Almería para variados «spaghetti» westerns o ‘Conan el Bárbaro’. En esta ocasión, el lugar es perfectamnet reconocible (Barcelona), y los actores que aparecen en la ciudad condal son producto nacional la mitad de ellos, (algunos ni actores como la Miss España 1979 Lola Forner) y lo mejor de todo, en una de las tres variantes de doblaje del filme, hablan cantonés con la máxima fluidez y apenas sin acento. Las restantes dos versiones cuentan con doblaje de actores británicos y americanos, respectivamente, lo que puede resultar menos cómico pero el hecho es el mismo: no se corresponde tampoco con la realidad de ESpaña en 1984.

¿Qué tiene de especial ‘Los Supercamorristas’, conocida como ‘Wheels on Meals ‘ y también ‘Spartan X’ en el resto de mercados? Pues muchas cosas. Para empezar está el elenco de actores chinos: Jackie Chan, Biao Yuen y Samo Hung son quizá los más famosos integrantes de los conocidos como «The Lucky Seven». Siete fueron los afortunados que pasaron al cine tras ser en su niñez internos de la Peking Opera School, el centro más exigente del mundo. Allí, niños de dos años en adelante entrenan acrobacias, baile, lucha y todo lo imaginable más doce horas al día, en un régimen que legitima a su maestro para usar una vara en sus carnes a la mínima y que hace a los campos de intrucción de marines parecer una paseo por el campo. La flexibilidad y el talento para la lucha son patentes en ellos, pero ante todo es su inclinación a golpearse contra obstáculos y recibir brutales golpes de sus enemigos lo que hace que los recuerdes.

Y si el reparto sufre violencia, ¿qué decir de los vehículos? La profesionalidad en las escenas peligrosas se aplica con igual ecuanimidad a los coches y motos en ‘Los Supercamorristas’, que realizan piruetas a una a veces evidente cámara rápida que no deja de quitarles mérito. La persecución en la mitad del metraje es especialmente recordada, y no sólo por lo estrambótico de la furgoneta-cocina que huye a la fuga mientras se despega varios metros del suelo.

Pero ningún tñitulo de artes marciales pasa a la historia sin unos villanos a la altura, y aquí no encontramos la excepción. Tenemos a un treintañero Pepe Sancho como malo de la película, aunque su aparición se hace de rogar y en las escenas de acción es patente que no es él. Ninguna película es perfecta. Lo que sí es perfecto es el duelo final entre la leyenda del kickboxing y el kárate Benny ‘The Jet’ Urquídez y Jackie Chan, tanto que suele estar en muchos top diez de las mejores peleas en el cine de acción. Sin prescindir del humor, tenemos una lucha bastante realista, excelentemente coreografiada, y con guiños a Bruce Lee manifiestos en sus últimos compases

¿Algún pero? Por desgracia, sí. La película es casi veinte minutos más larga de lo consuetudinario en este subgénero. Esto no sería un problema per se, pero sí lo es porque el ritmo es bastante lento, y tampoco hay mil y una escenas de acción, aunque las que haya sea de primer orden. Si eres capaz de obviar ese pero y el que policías y tenderos en Barna hablen en cantonés a la velocidad del rayo, estamos seguros de que disfrutarás con este plato de fusión chino-española hecho hace ya treinta años.