Post rescatado de Cine de serie B o inferior, publicado originalmente el 7/12/2008
Bien amigos, es difícil saber que ritmo llevar en un blog; me explico: podría perfectamente pasar a examinar directamente la cuestión planteada, pero dado que habrá algunos lectores que no sepan quién resulta ser Neil Marshall, los pondré brevemente en situación: N.Marshall es un joven director anglosajón que ha logrado descollar sobremanera en el cine de terror y ciencia ficción gracias a tan sólo 4 filmes en su haber, más aún, el primero de ellos ha tenido una difusión muy puntual. Sus claves a mi juicio son honestidad, esfuerzo y un sentido muy maduro de lo que yo denomino «parodia respetuosa», esto es, tomar temas y planteamientos ya habituales pero desde una perspectiva de admiración sin renunciar a elementos de mofa de acerca de su escasa originalidad y/o verosimilitud.
Dicho esto, pasemos al tema que nos ocupa. Es más que evidente que N.M., en su 4ª y ansiada película, ha realizado una maniobra altamente efectiva, sin ser por ello novedosa. Todos conocemos ejemplos de artistas, de cualquier índole, que tras una obra cumbre en su catálogo sienten la presión de superar el ya alto estándar, y optan por hacer algo totalmente diferente, para por un lado alimentar la polémica y por el otro retrasar el momento de pergeñar esa sí ineludible obra que debe rebasar las expectativas. Éste es creo el caso: dejando aparte su opera prima, apenas distribuida fuera de su país,fué su humilde rendición al mito del hombre lobo en «Dog Soldiers»(2002) la película que lo situó en el mapa por su acertada combinación de «dark comedy»* y terror con elementos de «La noche de los muertos vivientes» y «Depredador». Tras ella mr. Marshall dió al traste con una obra de terror serio y visceral, en la que con maestría nos plantea una claustrofóbica y traumática experiencia espeleológica en la que el monstruo animal no logra superar al humano en su capacidad exterminadora. Me estoy refiriendo a «The Descent»(2005), un título que aparte destaca por un reparto exclusivamente nóvel y femenino. Las enclaustradas posibilidades de un argumento a priori ultra-manido como es el de «grupo de lozanas jóvenes perdidas en un entorno hostil plagado de letales criaturas nunca vistas» se ven potenciadas con la sabia inclusión del tema del «hombre en situación traumática que retoma sus instintos más primarios y animalizados», eje de películas como «Straw Dogs», «Deliverance» o «Open Season» entre otras pero no demasiado trasladado al ámbito del terror. Éste film en cuestión obtuvo una benévola acogida por parte de la prensa y fué objeto de rendición incondicional por parte de los cinéfilos de gustos más minoritarios y predilección por el terror y el gore.
Ahora es cuando llegamos a abordar la polémica que constituye «Doomsday»(2008), un film desechado por muchos y alabado por muchos otros, entre ellos yo. «Doomsday»supone un homenaje de principio a fin a todos aquellos filmes ochenteros de futuros post-apocalípticos, que tienen en sus estandartes a «Mad Max» por un lado y a «1997: Escape de N.Y.» por el otro, sin olvidar a sus homólogos, o copias baratas si se opta por la crítica descarnada, de la «Italian exploitation»*, como «The Bronx Warriors» o «2019: Tras la caída de Nueva York». Es de hecho a esta última película a la que más recuerda «Doomsday», que nos sitúa en un futuro en el que la humanidad, ya muy diezmada por una epidemia, recurre a una cazarecompensas inglesa, quien deberá viajar a Escocia ante el primer avistamiento de seres humanos posiblemente no contagiados en esa zona desde el inicio de la infección decadas atrás, intentando capturar a un potencial ser inmune.
N.M. despliega abiertamente un torrente de escenas de acción, diálogo crudo y al grano, música de los años 80 circunscrita al sociolecto británico( Frankie goes to Hollywood, Adam and the Ants), situaciones inverosímiles y violencia extrema. En en estos dos últimos apartados dónde considero que reside el mayor reducto de homenaje y rendición por su parte al cine italiano de los 80, y su patentada fórmula consistente en tomar lineas argumentales de filmes más exitosos ,y añadirle por un lado violencia gráfica y por el otro elementos poco plausibles que posibiliten un mayor despliegue de por ejemplo efectos especiales o escenas de acción, todo al servicio de un ritmo narrativo sin tregua que convierta esos 90 minutos en una olla a presión. Y a su vez son estos dos últimos temas los que suscitan la polémica; los que amamos nostalgicamente esta manera de hacer cine de la «Italian exploitation» recibimos con candor un film que ofrece lo mismo sin las carencias de producción, realización y doblaje de hace 20 años, y disfrutamos descubriendo cuántas películas previas homenajea mr. Marshall, sin importarnos cuán ilógica es la historia porque (atención al galimatías) hacer esta película incongruente es lo más congruente que se puede hacer, atendiendo al propósito original, de reverencia y reconocimiento. Los que esperaban sin embargo otro planteamiento, tan o más serio que «The Descent», atacan airados contra Neil acusándole de traicionar su confianza e invertir sus votos de confianza en una película con denso aire de serie B y palos de ciego argumentales.
Una cosa es a mi entender cierta, y con esto acabo: de lo último que yo acusaría a Mr. Marshall es de ser un traidor a sus fieles, y si no, ponedlo así: él ha hecho una película que se ve potenciada y querida cuántas más películas has visto, que distancia a los verdaderos fans de aquellos que juzgan la película bajo los estándares de la crítica convencional, lo que estimo es un error más que patente.
Con todo sacad vuestras propias conclusiones.