Sinopsis de «La batalla de los simios gigantes»
Un pulpo gigante ataca un barco, cuando repentinamente aparece Gaira, un enorme simio de color verde, que destruye el pulpo y devora a los marineros. Es entonces cuando empieza una senda de terror y destrucción. El único que puede detener a Gaira es Sanda, su hermano gemelo de color marrón, el lado positivo de la original masa de la que surgen ambas bestias. La batalla está servida.
Monstruos de bajo presupuesto
No hace mucho comentaba por aquí una peli que está considerada como una de las peores con bichoños gigantes. Como no escarmento, recientemente he visto otra que sin duda merece estar en el mismo saco (sin fondo), La batalla de los simios gigantes, dirigida por Ishirô Honda, responsable de varias de las entregas de Godzilla y de algunas curiosas películas de ci-fi en los años 50-60 (como The Mysterians, que vi hace bastante y tengo que acordarme de recuperar para dedicarle una entrada).
Como sea, esta no es una de las historias más memorables del sr. Honda. Empezando con un guión bastante flojo, rozando en ocasiones el absurdo más ridículo, y con unos actores bastante limitados, que apenas consiguen cumplir en la labor de interpretar a una serie de personajes alelados que recitan sin gracia unos diálogos incoherentes y disparatados.
Eso sí, hay que reconocer que se hace un asombroso uso de la perspectiva de cámara, lo cual combinando con unos curradísimos dioramas con tanques y barquitos de juguete convierte los encuentros entre los simios en una orgía de golpes y destrucción muy disfrutable.
El título original vendría a ser algo así como «Los monstruos de Frankenstein: Sanda contra Gaira», que da algo más de sentido a la película, teniendo en cuenta el poco parecido de las enormes criaturas con un simio. Es una especie de semisecuela de Frankenstein conquers the World (1965), pero la distribución internacional, los cambios de nombres y ciertas decisiones de las productoras en el doblaje han oscurecido casi toda la relación existente entre ambas pelis, aunque en La batalla de los simios gigantes hay un par de referencias a que el origen de los bichoños está en «algo que pasó antes».
Sólo recomendable para los muy fans del género. Es una pena que no le dieran más cancha al pulpo del principio…