Assassination Classroom: The Graduation es la segunda parte de Assassination Classroom, adaptación del manga del mismo nombre de Matsui Yusei. Tenía la película pendiente de ver desde hace casi un año, pero habiendo leído el manga y visto las dos temporadas de la adaptación en forma de serie animada, no me interesaba mucho repetir la misma historia y la he ido dejando «para mañana»…
Comienza un nuevo semestre, y los alumnos de la clase 3-E del instituto Kunugigaoka ya tienen deberes pendientes. Queda menos para que se cumpla el plazo en el que su profesor, un smiley sonriente superpoderoso con tentáculos, cumpla su amenaza de destruir la Tierra si sus alumnos no lo matan antes.
Al igual que la primera parte, la película es un buen resumen de la historia. Lo malo es que resume mucho. El ritmo es trepidante, sacrificando desarrollo y evolución de los personajes para poder explicar todos los puntos importantes de la trama sin perder tiempo. El aspecto cómico también se deja bastante de lado frente a un tono más dramático/romántico.
Se resuelven los cabos sueltos pendientes. La explicación del origen de la criatura y los acontecimientos que llevaron a la situación actual suponen un giro argumental que desmiente afirmaciones previas. Y se llega a una conclusión de forma más o menos satisfactoria para todo el mundo. Aunque, no se explica qué pasa con todo el mundo, pues apenas se le da interés a los personajes.
Los efectos especiales son bastante impresionantes, aunque no lucen tanto como en la primera parte, sobre todo en la integración del pulpo con los actores y, especialmente, en las dos superpeleas que hay, una al principio y otra al final, que podrían haber sido un poco más espectaculares.
Como ya dije con la primera película, ambas sirven perfectamente para saborear la historia. Son apenas 4 horas en total frente a los casi 50 episodios de la serie animada o los 21 tomos del manga. Si la versión en imagen real te resulta interesante, hay mucho más que rascar tanto en papel como en la animación. Si te parece excesivamente absurdo o no le pillas el punto, tampoco habrás perdido tanto.