El rey pescador nos sumerge en un Nueva York caótico y mágico a través de la personalísima visión de Terry Gilliam (Los héroes del tiempo, Brazil, Las aventuras del barón Münchausen), antes de que se le empezara a ir mucho la pinza. Protagonizan Jeff Bridges (Nadine, Tucker, un hombre y su sueño, Los fabulosos Baker Boys), Robin Williams (Good Morning, Vietnam, El club de los poetas muertos, Despertares), Amanda Plummer (Hecho en el cielo, Joe contra el volcán, Freejack (Sin identidad)) y Mercedes Ruehl (Se acabó el pastel, Días de radio, Big).
Sinopsis de «El rey pescador»
Jack Lucas es un locutor de radio que, tras un trágico incidente provocado por uno de sus programas, cae en una espiral de autodestrucción. Su vida cambia cuando conoce a Parry, un sintecho que cree ser un caballero en busca del Santo Grial.
El príncipe y el mendigo
En El rey pescador, Terry Gilliam actualiza un mito ancestral, transformándolo en una metáfora de la condición humana. La herida del Rey Pescador se convierte en una alegoría del dolor y la pérdida, mientras que el Santo Grial representa la posibilidad de la sanación y la trascendencia.
Una magistral mezcla de realismo crudo, comedia, drama y fantasía unida a las excepcionales interpretaciones del dúo protagonista nos sumerge en un viaje emocional y visualmente fascinante a través de la vida de dos hombres rotos que encuentran consuelo y redención en su amistad.
Existe una enorme química entre Jeff Bridges y Robin Williams, algo que se traslada a sus personajes. Williams equilibra perfectamente la locura y la ternura, representando la fragilidad y la esperanza. Bridges ofrece una representación convincente de la culpa y la búsqueda de redención, encarnando la desilusión toda de una generación. Por su parte, Mercedes Ruehl, que interpreta a una mujer atormentada por el pasado, simboliza la búsqueda de la verdad.
Visualmente, el director utiliza su característico estilo surrealista para crear un mundo que oscila entre la realidad y la fantasía, enriqueciendo la narrativa con imágenes oníricas y simbolismo, algo que refleja la fragilidad de la realidad y la fuerza de la imaginación.