[Contiene Spoliers]
El sudor recorría la frente del joven Scott Howard, mientras su mirada está clavada en el aro contrario. Solo les separan 4,60 m., lanza y falla…
Así comienza esta película ochentera de uno de los iconos de la época, Michael J. Fox. Estrenada el mismo año que su película más famosa, uno de los mayores clásicos de la ciencia ficción de nuestra historia, Regreso al Futuro (1985).
Desde el punto de vista baloncestístico, la película deja mucho que desear (aunque comprendemos que no es una película deportiva), empezando por la escena descrita. Nuestro protagonista realiza el tiro de una manera que hace que los más puristas pongan el grito en el cielo, ya que nunca se salta en un lanzamiento de tiro libre. Por su puesto no se ven jugadas más allá de las entradas a canasta, mates y algún tiro de media distancia, pero ni bloqueos, puertas atrás, pick & roll u otras jugadas básicas en este deporte. Otro dato que me llama la atención es la camiseta de Scott, amarilla y con el dorsal 42… para los que no hayáis caído o no sigáis el deporte de la canasta, hubo un jugador bastante conocido con una camiseta similar; hablamos del gran James Worthy, alero titular de los Lakers de los 80, uno de los estiletes y sobre todo finalizador de los pases de Magic Johnson. Ni cabe decir, que cualquier parecido entre ambos jugadores… no existe!! Aunque en su defensa, debo añadir, que lo que más se ve en la cancha son mates (de espaldas, tomahawk, a dos manos), pases sin mirar y tiros imposibles, de manera que el espectador se fije en la parte más espectacular de este juego.
El baloncesto en esta película es simplemente la vía por la cual el protagonista exhibe su «don» y se da a conocer en el pueblo y sobre todo en el instituto, llamando la atención de sus compañeros y sobre todo las chicas. No deja de ser una teen movie ochentera, pobre chico con los amigos de toda la vida, colgado de Pamela, la más popular del instituto (rubia, mona y que lo deja tirado en cuanto puede), apaleado y humillado por el novio de ésta (Mick), que suele ser un super atleta no muy inteligente, mientras pasan los días sintiendo que su vida no es nada especial.
A pesar de tener muchos tópicos, creo que la película tiene cosas muy interesantes. La licantropía como trampolín de la popularidad fue algo «novedoso» y bien llevado a pesar de los medios para crear efectos especiales en la época. El mejor amigo de Scott, Rupert ‘Stiles’ Stilinski, es un tipo diferente. Siempre con gafas de sol, en busca de fiesta y mujeres, saluda a todo el mundo como si fuera el rey del cotarro, un especia de Stifler (American Pie) de la época (sin ser tan faltón, por supuesto). Una de las mejores imágenes de la película es cuando Scott, como hombre lobo, se atreve a hacer una de las locuras preferidas de Stiles; subirse al techo de la furgoneta, surfeando al ritmo de Surfin’ USA (añadir que debe de ser la única canción buena de toda la B.S.O.) y realizando todo tipo de piruetas.
Gracias al lobo, Scott Howard se suelta la melena, a pesar de estar preocupado con su «problemilla» cuando se trasnformó por primera vez, y deja a un lado su parte más tímida, justo al lado de sus amigos de toda la vida y de la chica que está colada por él, su buena amiga Boof. Por supuesto, el protagonista es un chico listo, que se da cuenta de que ha metido la pata (de lobo, claro) y ante el asombro de todos aparece en el partido más importante de toda la temporada sin el lobo. Todo el mundo le pide que se transforme, a lo que él se niega en rotundo y después de pedir perdón a sus compañeros de equipo por «chupón», les anima hasta el punto de llegar al final del partido uno abajo y con dos tiros libres para Scott, después de una dura falta por parte del matón de turno y novio de la rubia.
El sudor volvía a recorrer la frente del joven Scott, Mick después de haberle hecho falta se coloca al fondo de la pista, justo en frente del lanzador para intimidarlo (esto está prohibido en baloncesto pero…), el primer tiro entra, todos aplauden y se prepara para el segundo lanzamiento, dentro!! ganaron!! Scott había conseguido ganar sin el lobo. Pamela se acerca a él llamada por el olor del éxito, Scott la aparta y se dirige a Boof para darle por fin ese beso que debió llegar mucho antes, auuuuuuuuuuuuuu!!!