Cuando comenzó la promoción de Turbo Kid, allá por junio del pasado año, he de decir que me llamó muchísimo la atención, y me pareció una súper idea, súper original (aún siendo un homenaje ochentero) y todo lo súper molón que puedas pensar… Anoche la he visto, y me he llevado una decepción muy grande; no por mal rodada, no por ser otro homenaje ochentero, no porque los personajes sean un poco planos, sino por algo peor…
Os acordáis de Tank Girl, película de 1995 (basada en el cómic homónimo de 1988)? Pues Turbo Kid es un plagihomenaje camuflado de película original.
Cambia el Tank por una BMX y el Girl por un Kid y prácticamente tienes la misma película.
Hasta el trasfondo argumental es el mismo: la búsqueda del agua. En Tank Girl el agua está monopolizada por una mafia y en Turbo Kid el agua la sacan, secretamente, de las personas, lo que no deja de ser otra influecia al cine post-apocalíptico más clásico, Soylent Green (1973 – Cuando el destino nos alcance en España).
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Y el hecho de que todos vayan en bicis y triciclos no hace más que recordarme a Los Bicivoladores (1983)… por si no llegaran los homenajes.
La fotografía está muy cuidada, los efectos molan mucho, salvo los rayos láser y explosiones, que se notan demasiado digitales y modernos, pero sin molestar. Los personajes ya dije que eran muy planos; planos en el sentido de predecibles, tanto en trasfondo como en su evolución.
Tenemos al chico tímido reconvertido a héroe, la chica que parece débil pero pega leches importantes (y que es un robot), y a un héroe veterano que los ayuda de vez en cuando. Por el otro lado tenemos a Michael Ironside, haciendo de uno de sus papeles habituales, junto con una recua de tipos raros que sangran mucho.
En fin, que aunque parecía un peliculón apasionante y un merecido homenaje al género postapocalíptico ochentero, no se queda en más que un western con niñatos vestidos con tactel y que van en bici y con un final más que predecible: chico salva chica.
Si quieres saber lo que pasa antes, dale al play y mira la película. No es aburrida, pero no consigue engancharte a la pantalla. Entre colegas y con algo de birra se podrá disfrutar mejor.
- Lo mejor: las escenas de chorreante sangre completamente gratuitas y sin sentido. La tortura de la bicicleta y el intestino es brutalmente genial, no sé cómo en SAW no se les pasó por la cabeza.
- Lo peor: todo es muy predecible.