A un tiburón blanco le dan de merendar un bocata de granada condimentado con salsa barbacoa picante. El bicho se va a pasar el ardor de estómago a una cueva mística donde el que muere de forma violenta regresa como fantasma vengativo…
No creo que le dedique mucho tiempo a esta crítica. Es simplemente para cumplir con el olvidado aperiódico ziclo de escualos O:) La película es mala con ganas, y no tiene nada que la salve. La premisa es ridícula y solo Dean y Sam podrían convertirla en algo interesante.
El tiburón convertido en fantasma tiene el poder de aparecer en cualquier sitio en el que haya un poco de agua: una piscina, un cubo, un vaso, una tubería, la lluvia… lo que da lugar a una serie de situaciones a cual más delirante y absurda. Tenemos, por ejemplo, la típica escena de chica arrastrada por el tiburón… dentro de una bañera.
Por otro lado, la peli no escamotea en muestras de gore light, con desmembramientos, mutilaciones, salsa de tomate por todas partes, un tipo al que se comen desde dentro y parten por la mitad…
Chicas en bikini, adolescentes salidos, un político especulador, un sheriff inepto… tiene todo lo esperado.
Por destacar algo (relativamente) positivo, la aparición de Richard Moll, al que solo los más viejos del lugar recordaremos como Bull en «Juzgado de Guardia» (me parece que no es una de esas series que reponen cada dos por tres, y es una pena).
Trailer de Tiburón Fantasma
Bueno, la escena del trampolín en la piscina (minuto 0:40 del trailer) es impresionante. Y ya.
Genial el sistema antiincendios en el museo lleno de objetos únicos y muy delicados: aspersores que consiguen una inundación de 30 cm en menos de 5 minutos. Y así, más y peor.