Tras unos cortos 3 episodios, de una hora aproximada de duración, la serie de David Tennant abandona la parrilla de televisión, y no por mala, si no porque sólo se componía de 3 episodios.

Una mini-serie con principio y final, que nos ponía en la piel de un abogado criminalista que conseguía librar de prisión a todo «cliente» que pasara por sus manos (al estilo Shark), hasta que algo cambió…

Continuamos con spoilers…

Lo que cambió fue que uno de sus clientes era culpable de asesinato y Tennant lo sabía, y al finalizar el juicio y librarlo de prisión, como a tantos otros, no quiso darle la mano…

lo que posiblemente desencadenó una locura -mayor- en la persona y terminó con el asesinato de la mujer de Tennant su su casita de campo… pero la cosa parecía fácil para Tennant, dado que había visto al asesino con sus propios ojos, e incluso tenía a su hijo como testigo presencial con pruebas de ADN añadidas de por medio… Caso fácil.

No, la «amiga» abogada de Tennant terminó por ser la defensora del asesino, y utilizando las mismas argucias legales de las que hacía gala Tennant, descartó una por una todas las pruebas que la acusación tenía contra el asesino: ADN, testigos y demás. El asesino salió como no culpable.

Rápidamente Tennant se traslada a Edimburgo con la excusa de ir a una entrevista de trabajo, pero nos damos cuenta que va tras el asesino de su esposa. Lo sigue hasta su casa y termina con su vida. Ya se ha vengado, ha conseguido el 80% de lo que quería… el 20% restante será salir indemne del juicio que ahora se celebrará contra él en Escocia, con una legislación ligeramente diferente a la inglesa a la que está acostumbrado…

Saldrá bien o saldrá mal? Esto ya lo dejo en vilo, para que lo descubráis por vosotros mismos… Yo sólo añadiré que: me encantó la serie, y que me alegro que no tuviera más episodios. Da gusto ver una historia con inicio, final y sin episodios de relleno que no aportan nada. Bravo.