Uwe Boll, nacido el 22 de junio de 1965 en Wermelskirchen (Alemania), es un director y productor de cine. Su carrera se nutre especialmente de adaptaciones cinematográficas de videojuegos. Es considerado por algunos como el nuevo Ed Wood, el peor director de todos los tiempos.
Estos últimos meses hemos dado un repaso a la extensa filmografía del vilipendiado director alemán Uwe Boll. Ya todos conocemos sus principales virtudes y defectos: un peculiar sentido del ritmo cinematográfico acompaña a algunos buenos momentos técnicos, algunas historias decentes, otras pésimas tramas, actores fetiche (algunos con muy logradas actuaciones) y alguna que otra inmasticable aparición estelar.
Todo esto lo sabemos de sobra, pero no es el motivo que nos trae aquí. Es hora de hablar de cine de verdad, del que nos gusta. Y aquí es donde entra «la carne» de las pobres mujeres que han tenido huevos a atreverse a participar en una película de este tipo. Mi particular homenaje a estas guerreras del Zine…
¿Será esta la mejor entrada jamás escrita en Zinemaníacos? No lo sé chavales, pero os aseguro que a mí ya me están llorando los ojos después de este salvaje ejercicio de profunda documentación acerca del género femenino. Hasta he necesitado ayuda para seleccionar las fotos que documentan este publireportaje. Si alguien se queda con ganas, tengo un archivo .zip preparado para ocupar en algo vuestras noches solitarias, pedídmelo al mail.
Y seguimos nuestro ciclo sobre el «peor director de cine después de Ed Wood», y lo hacemos a lo grande.
¡Qué interpretaciones!, ¡qué ritmo!, ¡qué tensión!… Ah! Que es el juego. Así sí.
De niño, Edward Carnby tuvo una prueba irrefutable de que existe un mundo más allá del nuestro. Ahora, veinte años después, Edward es un investigador de efectos paranormales. Ahora, el gran misterio del pasado de Edward está a punto de convertirse en el caso más peligroso al que se ha enfrentado jamás. Han desaparecido diecinueve personas, y comparten una sola cosa en común – todos han crecido en el mismo orfanato que Edward. Tratando de encontrar alguna respuesta, Edward descubre que se halló un antiguo artefacto de bastante energía de un remoto naufragio. En medio del creciente peligro, recurre a Aline Cedrac, una brillante antropóloga quien también es una antigua novia suya -y la única persona de la que realmente se fía. En un mundo de viejos demonios, civilizaciones perdidas, conspiraciones oscuras de gobierno, y de amenazas de muerte paranormales, Edward y Aline se alían para enfrentarse al enemigo supranatural diferente a todo lo que han visto hasta ahora un ser cuya propia existencia podría amenazar la humanidad entera.
Vaya por delante que todos hemos sufrido al loco de Uwe Boll en alguna ocasión, aún sin saberlo.
El prolífico autor, catalogado ya como el peor director de todos los tiempos después de Ed Wood, ha enriquecido su filmografía a base de adaptaciones de videojuegos como «House of the Dead», «Alone in the Dark», «Postal» (!) o «Far Cry», por citar los títulos más famosos (en el mundo de los videojuegos, porque en el de las películas…).
De todas formas, todo tiene su lado bueno: uno ha sufrido películas como «Alone in the Dark» [2005], eso es cierto, pero también ha pasado un rato mucho más entretenido con «sandeces» como «Postal» [2007]. No creo que un hombre como Uwe Boll se tome a sí mismo muy en serio, cuando se autoproduce y se deja 60 kilos en un bodrío para luego recaudar 12 (que ya es para una película de este tipo), así que tampoco vamos a hacerlo nosotros.
Como primera película para este enfermizo ciclo sobre el bueno de Uwe, me he quedado con «House of the Dead». Sí, el hombre ha dirigido 7 películas antes que esta, pero uno tiene un mínimo de estómago y también podéis llamarme cobarde si queréis.