Siento discrepar tanto con la crítica de Ferguson como lo voy a hacer, pero es que acabo de ver Dragon Ball Z: La batalla de los dioses, de la que ‘todo‘ el mundo dragonballer habla maravillas y bueno, me he llevado una decepción mayúscula.
No sé si pido demasiado o qué, pero esta película es una tomadura de pelo, que no sólo no arregla nada, sino que echa más mierda encima de las cutreces anteriores. Me explico tras el salto.