Hoy en día ya no sorprende, pero hace 11 años esto era lo más gore que podías ver en el cine. Gente que se desmayaba, otros vomitaban y otros gritaban como condenados en la sala, y unos muchos disfrutaban como enanos. Yo entre ellos.

2 hombres encadenados, entre ellos un cadáver con un revólver y una grabadora.

Hora de despertar, Adam. Supongo que te preguntarás dónde estás… Te diré dónde puede ser: quizá estés en la habitación donde vas a morir.

Conocemos a los personajes, algo de su background, conocemos al que apunta ser el principal sospechoso y se nos va revelando una historia paralela, entre el pasado y el presente, a la de nuestros 2 encadenados, que va completando el puzzle sanguinolento que seguiremos intentando montar a medida que pasa la película.

Mentiras, engaños, traiciones entre desconocidos por un intento de aprovechamiento personal y egoista; o debiéramos llamarlo instinto de supervivencia? El caso es que no dejan de hacerse putaditas piadosas, cagándola más aún, si cabe.

A todas las situaciones angustiosas y terroríficas que nos van poniendo, tenemos que añadirles un nexo común, que muchas veces sirve de pegamento: la banda sonora. En este caso compuesta casi íntegramente por Charlie Clouser, miembro de Nine Inch Nails, que nos crea unas atmósferas cojonudas y acojonantes.

Y con todo lo gore que es y parece, SAW basa su éxito no en la forma, sino en el fondo; Juega con la angustia, el miedo, la grima y el ‘no mirar’. Sí, tiene cosas gore molonas, pero no es todo el rato sanguinolencia por doquier ni torturas sin parar.

Y el final? No te lo cuento xD

En resumen: peliculón, sangriento, violento y disfrutable. Para toda la familia, vamos.